Si visitamos la cueva de la Garganta, situada en un bello paraje del municipio de Senija, podremos encontrar muy cerca una maravilla de la naturaleza que muy pocas veces se puede ver a simple vista: se trata de un árbol fosilizado. Generalmente, estos cristales se forman por precipitación de los aniones bicarbonato y carbonato, combinados con los cationes de calcio o magnesio, por procesos ligados a la disolución de la roca (karstificación) y posterior precipitación en rendijas tectónicas, en fisuras o en cavidades (cuevas).