La ermita de Sant Miquel se levanta entre viviendas particulares y su fachada recae a una plazoleta triangular, con una cruz en su centro, que se forma en la confluencia con las calles Duanes y Sant Lluís. Se encuentra a tan solo unos 150 metros de la capilla del Ecce-Homo en dirección norte.
Documentada por primera vez a finales del siglo XV, ya en el siglo siguiente existen noticias de su estado de abandono, lo cual motivaría una de las primeras obras de rehabilitación de las muchas por las que pasaría en su historia. Una de las más importantes fue la llevada a cabo en el siglo XVIII en la cual se reformó por completo la fachada, dándole su aspecto actual. En el siglo XIX, la ermita acogió las instalaciones de una escuela y un colegio electoral. La más reciente intervención data de 2006 y el templo se encuentra hoy en día en buen estado, aunque preocupa que la situación de ruina de los edificios colindantes pueda afectar su estructura.
Como se ha dicho, la ermita queda adosada por ambos lados a viviendas particulares, mostrando únicamente su fachada totalmente blanqueada excepto algunos sillares dejados a la vista en una esquina. Una imposta la divide horizontalmente en dos mitades: en la inferior queda la puerta rectangular a la cual se accede por tres escalones, y, en la superior, un nicho con uno retablo cerámico del arcángel y un pequeño óculo a cada lado. La cornisa curvilínea queda rematada por la espadaña con cruz y campana fundida en 1945, dada por José Soldevila y su mujer, según inscripción en la misma. En la fachada puede verse una lápida, homenaje del pueblo de Pego a Alfonset, personaje muy popular en la población.
Dos arcos apuntados que arrancan desde el suelo dividen en tres tramos la nave única rectangular, que se cubre con techumbre a dos aguas con vigas de madera. Posee púlpito adosado en el lado del evangelio y desde el presbiterio se abre un acceso a la derecha que lleva a la sacristía. Junto a otra iconografía, en la ermita se conserva un lienzo de autor desconocido que representa a san Miguel, datado a finales del siglo XVII y restaurado en 1990. Recientemente, mientras se recuperaban los frescos originales del altar, se descubrió otro lienzo con la imagen del arcángel, posiblemente del siglo XIX, que se encontraba oculto en un falso fondo.
Los vecinos de la calle donde se encuentra la ermita y su barriada celebran fiestas en honor a san Miguel el día de su festividad, 29 de septiembre, y jornadas previas con misa cantada, aurora, juegos populares, cenar y verbena.