La ermita de Crist del Calvari, conocida popularmente como ermita del Nazareno, que es como en Jávea se llama afectuosamente a su titular, se encuentra en la vertiente de una elevación dominando una pronunciada curva de la carretera CV-736 que llega de Dénia, poco antes de entrar en el casco urbano por su parte noroeste.
En este lugar existió una ermita anterior, mucho más modesta, erigida en 1770. Los miembros de su cofradía acordaron la necesidad de construir un templo de mayores dimensiones y categoría, inaugurado el 29 de abril de 1856. Es este edificio el que ha llegado hasta nosotros, añadiéndose con posterioridad el vía crucis que lo acompaña. La ermita es actualmente de propiedad municipal y se viene beneficiando en los últimos años de un programa de rehabilitación que ha reparado varias zonas de esta.
La ermita es un templo de dimensiones nobles. Tiene a su derecha la vivienda del ermitaño, a la que estaba unida por un muro que ha sido eliminado en una reciente intervención, por lo cual ahora ambos edificios están separados. Al exterior destaca la elegante y vistosa cúpula de tejas vidriadas azules elevada sobre tambor octogonal que se levanta a su vez sobre el conjunto de cubiertas a diferentes niveles: más altas las de la nave y crucero y de menor altura las de las capillas laterales y sacristía, formando un atractivo juego de volúmenes.
Su fachada es muy amplia, encontrándose blanqueada excepto sus esquinas y aberturas donde se han dejado a la vista los sillares. Su mitad central sobresale ligeramente en altura y, rematándola, se levanta la espadaña neoclásica que acoge una sola campana, fundida en 1856 y bautizada como Jesús Nazareno. La portada es tan sencilla y austera como el resto de la fachada, puertas chapadas enmarcadas en vano rectangular formado por dovelas de sillería. Por encima, en el centro del frontón, se abre un óculo enmarcado de medio punto.
El interior, con nave, capillas laterales entre contrafuertes y crucero que las iguala en profundidad, se decora siguiendo el gusto neoclásico. Posee bóveda de cañón con arcos fajones que arrancan desde pilastras. Sobre pechinas se eleva la cúpula en cuyo tambor se han abierto recientemente ventanas para aumentar la iluminación natural del recinto.