La ermita de Sant Francesc, también conocida como ermita vella d’Oltà, se encuentra en la sierra de Oltà, a 333 metros de altitud y a unos tres kilómetros en el noroeste del centro urbano de Calp.

Este templo es conocido como ermita vella (vieja) porque fue edificado sobre los restos de la antigua ermita después de quedar completamente arruinada.

Su planta es rectangular, con ventanas vidriadas apuntadas y abiertas en sus menajes laterales, y ábside redondeado, también con ventanas, de mucho resalte al exterior.

La puerta de acceso a la ermita es de madera, y en su cerrojo quedó grabado el 2002, año de la inauguración de la ermita. En el centro del frontón hay una losa de piedra con el nombre de la ermita en relieve y sobre el piñón se levanta la espadaña con su campana fundida de mediados del siglo XVIII.

El interior, limpio y luminoso, tiene techo de barraca con vigas a la vista, suelo cerámico y zócalo pintado que recorre los paramentos. La nave queda dividida en dos tramos por dos arcos de medio punto.

El presbiterio se eleva sobre graderío y está decorado con pinturas de árboles y de un cielo estrellado. En el testero, sobre una peana, podemos encontrar una imagen moderna de san Francisco de Asís, con el siguiente escrito: La plenitud no s'aconsegueix perseguint el que s'anhela, sinó gaudint el que tens (La plenitud no se consigue persiguiendo lo que se anhela, sino disfrutando lo que tienes).