Un poco más adelante de donde encontramos la Olivereta del Moro, aparece un camino que a unos 3,5 kilómetros del pueblo nos lleva a la fuente de la Mata. Si lo seguimos, llegaremos a una antigua masía, hoy en ruinas, donde podremos ver en el terreno ante la casa un aljibe de piedra que fue construido a finales del siglo XIX por la familia propietaria. Este aljibe tiene unas dimensiones de 11 metros de largo y 2,8 metros de ancho, y tiene dos arcos en forma de curva en cada extremo que le confieren una importancia arquitectónica muy significativa. Si seguimos la senda que baja a la fuente, llegaremos al paraje conocido como la Font de la Mata. Este paraje fue acondicionado como zona recreativa, puesto que es muy normal que la gente del pueblo y de los alrededores vaya allí a comerse la mona de Pascua.
Aquí encontramos una fuente de piedra que no es otra cosa que un pozo que construyeron los árabes para aprovechar el agua para el campo. La fuente tiene seis peldaños de piedra en forma de dado para poder bajar y recoger agua. Pero el rasgo más representativo que da nombre a este paraje son los dos ejemplares de llentiscle (lentisco) que hay entre las rocas de arriba de la fuente. Se trata de dos árboles monumentales de dimensiones gigantescas, y que posiblemente son las matas más viejas de toda la península Ibérica.