El río Girona está situado entre las sierras de Segària y Seguili. Nace en Alcalà de la Jovada a 630 metros de altura y se forma a partir de las aportaciones hídricas de varios barrancos y fuentes; tiene una cuenca de 118 km² y desemboca en el delta de la Almadraba, en Les Marines de Dénia, después de recorrer entre 35 y 40 kilómetros. Su trazado transcurre por los municipios de La Vall d'Ebo, La Vall de Laguar, Orba, Benidoleig, Tormos, Sagra, El Ràfol d'Almúnia, Benimeli, Sanet y Negrals, Beniarbeig, Ondara y El Verger.

El río Girona corre entre maquia, espinas negras y carrascas abundantes en el curso alto, y fenolls (hinojos) en la parte mediana. Es una vegetación natural alterada por la actividad agrícola antrópica, introductora de huertos de naranjos. A medida que el río va llegando al litoral aparecen bardissars (zarzales), cañaverales, tamarindos y baladros, que tienen un florecimiento espectacular todo el año. En la zona baja lleva más agua que en la cabecera a causa de las filtraciones subterráneas de las aguas, proceso favorecido por el terreno calcáreo de esta área. El Girona circula mayoritariamente entre zonas semihúmedas, recibiendo aportaciones hídricas considerables, pero las pérdidas continuadas de agua le dan un aspecto seco. En la zona baja el río vuelve a cargarse, aumentando considerablemente el caudal hasta el delta.

El Girona se caracteriza por ser un curso típico del ambiente mediterráneo, lo que supone que está sometido a fenómenos de precipitación extraordinarios, muy frecuentes en este tipo de clima, y que combina con periodos dominantes por el estiaje. Sin embargo, es un río alcanzado por numerosas fuentes como la Bolata, hecho que le asegura un caudal irregular pero mínimo la mayor parte del año.

El puente de Beniarbeig une las dos partes del municipio, situadas una a cada lado del río Girona. Antes de la riada de 2007, era un puente de piedra clásico.

La obra antigua debió de formar parte de los proyectos de carreteras de nueva ejecución asociados a la calzada real o la carretera de segundo orden por la costa que más adelante se matricula como nacional N-332. El diseño de esta calzada parece que es obra del ingeniero Agustín Elcoro Berecibar, según primeros memoriales del año 1844, aunque fue modificado con los años, entre otros ingenieros, por Justo González Molado. Si bien no hay datos concretos sobre el puente de Beniarbeig, hay que suponer por materiales, tipos de obra e impronta que su construcción original pudiera datarse en época próxima a la terminación de la calzada, más o menos, entre 1880 y 1890 durante la regencia de María Cristina, momento en el cual hubo cierto auge en la construcción de carreteras y puentes en toda la península.

Al contrario de lo que ocurre con otros puentes de la zona, donde predomina la economía de costes y se construyen con bóvedas de ladrillo y mucha mazonería en muros de acompañamiento, tímpanos y pretiles, en el caso del puente de Beniarbeig, todavía se levantan sus bóvedas a base de dovelaje de buena labra y disposición en piedra calcárea.

En la actualidad, una parte del antiguo puente se sitúa en el parque del fluvial a forma de memoria histórica. El nuevo puente Meridià 0 es mucho más moderno y se sostiene con una estructura de tirantes suspendidos.