La primera exploración espeleológica realizada fue en 1952, cuando els avencs (las simas) de Ebo fueron descubiertos por los espeleólogos de la Sección de Espeleología del CE de Alcoi.
El primer croquis topográfico de que se dispone es de Álvaro Seguí, realizado en 1963. Más tarde, el 27 de marzo de 1994, R. Pla alza la topografía vigente en la actualidad. Se trata de una sima ubicada en una rotura o diaclasa dispuesta de nornoroeste a sursuroreste, prolongación de una de las que forman el Avenc Estret, quedando íntimamente relacionada por esa rotura tectónica. El brocal de entrada mide unos 0,70 metros y es muy irregular, pero fácil de acceder. Su vertical absoluta alcanza los 10 metros, formando un corredor de hasta 1,30 metros de anchura por 5 de largo. En su extremo suroeste el techo alcanza casi el suelo dejando estrechos pasos que dan entrada a dos pequeñas salitas. La morfología general de la sima es freática, incluso sus tres cúpulas formadas a presión hidroestática así la determinan. En este aspecto, queda totalmente diferenciada de las otras tres grandes espeluncas, en las que las formas freáticas no se observan por ninguna parte. El suelo queda cubierto por cascote y tierras en general alóctonas. Los datos meteorológicos internos, tomados el 27 de marzo de 1994, fueron de temperatura 17 ºC y humedad 95 %.
El material necesario es una cuerda de 10 metros, quedando colocados dos espits en cabecera. (1)
(1) Información extraída de la web del Ayuntamiento de La Vall d’Ebo.