La Vall d’Alcalà
La inaccesibilidad del terreno de este valle permitió que fuera el centro de operaciones del caudillo musulmán al-Azraq en la lucha contra Jaime I. Posteriormente, en la intensa y dolorosa guerra del 1609, sería también un centro neurálgico de la rebelión. Hoy todavía podemos contemplar parte del supuesto palacio de al-Azraq, del siglo XIII, en la plaza Major del pueblo, ocupando toda una manzana, de la cual forma también parte el templo actual.
La iglesia situada en la plaza Bisbe Vilaplana, está construida sobre el cuerpo principal del antiguo castillo o mansión señorial y sobre los restos de una mezquita, conservando, asimilados a ella, algunos elementos defensivos de la primitiva construcción. Inaugurada en 1636, bajo la advocación de la Purísima Concepción de la Nuestra Señora.
Eclesiásticamente, La Vall d'Alcalà había pertenecido, inicialmente, a la parroquia de Gallinera, razón por la cual se llamaba también Alcalà de Gallinera. Pero, sin duda, e igual que otras muchas alquerías moriscas, esta parroquia fundada para evangelizar a la población autóctona era una entelequia, ya que la población morisca de estos valles continuó practicando su religión.
En qualquier caso, se desmembró de la iglesia matriz en 1535, con los anexos de Beniaia, L'Atzúbia o L'Atzubieta, Benialí y otros. El rector tenía la obligación de decir dos misas los domingos, una a Alcalà de la Jovada y la otra a Beniaia. Inicialmente, el templo se había erigido bajo la advocación de los santos Abdón y Senén, después se dedicó a Nuestra Señora de la Asunción, posteriormente a Nuestra Señora del Pilar y, finalmente, en la Purísima Concepción, la actual advocación.