Construida a finales del siglo XIX, constituye todo un símbolo para los ondarenses.
Enterrada en la década de los setenta y recuperada en 1983, su historia se caracteriza por su funcionalidad de cara al suministro de agua potable en el municipio.
En los inicios, esta fuente recibía el agua de la cava o acequia de Parri a través de un conducto que superaba la alberca por debajo de su lecho. El agua se tenía que hervir antes de ser consumida, porque las galerías subterráneas que la llevaban a las fuentes recibían filtraciones del agua de riego, contaminada por el estiércol y otros abonos.
Actualmente, Ondara ha restaurado esta fuente y la ha reenganchado en la red de agua potable, puesto que hacía décadas que permanecía parada y con sus cañerías secas.
La fuente de la Carxofa es también un elemento ornamental. El mármol rosa y las volutas de hierro que acaban en forma de cabeza de león le dan valor escultórico. Los grifos por los que mana el agua son idénticos a los originales.