Ondara, municipio situado a la parte nordeste de la comarca, en la cuenca del curso bajo del Girona, a 36 metros sobre el nivel del mar y con una extensión de 10,4 km² ocupados mayoritariamente por una gran llanura cultivable, a excepción de la sierra de Segària en el oeste del municipio. El término está conformado por Ondara y por un núcleo secundario, Pamis. Entre los dos suman un total de 7.080 habitantes conocidos con el gentilicio de ondarenses.
HISTORIA
Los primeros vestigios de asentamientos humanos próximos a Ondara se localizan en las cuevas de Colom y del Corb (Paleolítico medio), así como en la cueva Fosca (Eneolítico).
Especial interés tienen, por su proximidad al casco urbano actual y ligado a la llegada de colonos romanos en Dénia, la aparición de varias villas, necrópolis y cerámica romana en las partidas del Pla de la Font, Pujades y Vinyals, donde se han recuperado numerosos vestigios así como varias inscripciones honoríficas y funerarias.
Aun así, el núcleo actual no se originará hasta la época musulmana cuando Ondara tendrá una gran relevancia. La dominación árabe en Ondara le reportó la expansión de los sistemas de riego, que todavía hoy perduran, un desarrollo agrario y un crecimiento de la población importante. El aprovechamiento de los recursos hídricos del Girona configuran gran parte del patrimonio del municipio, con molinos hidráulicos, balsas, acequias y azudes.
Con la llegada de los cristianos a estas tierras y la conquista de Jaime I, Ondara se convertirá, junto a Benissa y Murla, en las únicas tres poblaciones mixtas de toda la Marina Alta. Ondara contaba con el 80 % de la población morisca en el siglo XV. Destacable es también un castillo-palacio del siglo XIV-XV que había en la población, propio del gótico civil valenciano, que estaría compuesto por cuatro torres en las esquinas, muy similar al castillo de Forna, y del que hoy en día solo quedan unos pocos restos entre las paredes medianeras de las casas adyacentes.
El 1609 con la expulsión de la población morisca, sufrió una gran pérdida demográfica, tan solo quedaron los 13 vecinos cristianos viejos de Ondara. El 8 de agosto de 1611 se firma la carta puebla, con la cual se inicia una repoblación mixta con permanencia de la vecindad cristiana y la adición de gente de Dénia, Jávea, Teulada, Oliva y también isleños de Manacor como los Cabrera, o de Muro como los Pons. Además se implantará la Orden de San Francisco de Paula, bajo la protección del marqués de Guadalest, señor del pueblo.
Durante la guerra de Sucesión, Ondara se convirtió en una de las partidarias y colaboradoras del bando del archiduque Carlos y los Maulets (partisanos valencianos partidarios de la casa de Austria y enemigos de los botiflers, partidarios de Felipe V de la casa Borbón), es por eso que el ejército borbónico saqueó y quemó la villa como castigo. Superada esta crisis, Ondara resurgió económicamente gracias al comercio de la seda y a la construcción del azud del río Alberca que comportó una ampliación de tierras de regadío. Esto, junto con la bonanza del cultivo de la pasa, ayudó a construir muchos de los edificios imponentes del centro histórico y otros tan emblemáticos como la plaza de toros el 1901.
FIESTAS
- Las fiestas de Sant Jaume se celebran entre los dos últimos fines de semana de julio.
- Las fiestas patronales de la Mare de Déu de la Soledat se celebran el segundo fin de semana de julio.
- Las fiestas del Santíssim Crist se celebran el tercer fin de semana de junio. Se desarrollan en el barrio de Crist.
- Las Fiestas Populares de Pamis, se celebran el fin de semana siguiente en las fiestas de sant Jaume.
GASTRONOMÍA
- Fava pelà, arroz meloso con habas secas y peladas puestas en remojo el día previo.
- Cocas fritas.
- Embutidos.
- Paella.