Benigembla es un municipio situado a la parte suroeste del interior de la Marina Alta, y enclavado dentro de la Vall de Pop, en la frontera con la comarca vecina de la Marina Baixa. Se encuentra a 314 metros de altitud, con una superficie de 18,4 km² y 483 habitantes, conocidos con el gentilicio de benigembleros y benigembleras.
HISTORIA
Pueblo rodeado de cumbres emblemáticas como son el Cocoll, una de las pocas cumbres de la Marina de más de 1.000 metros de altitud, a 1.048 metros; y el Cavall Verd, cumbre histórica donde tuvo lugar la revuelta de los moriscos de 1609, justo antes de su expulsión. Junto con estos dos hitos geográficos, el río Gorgos es el elemento determinante del municipio, y así lo demuestra el numeroso patrimonio hidráulico conservado: acueductos, balsas y fuentes.
Benigembla, junto con Vernissa, alquería desaparecida, configuraban los dos núcleos poblacionales de época medieval musulmana. El nombre del pueblo proviene de la unión de beni, en árabe significa ‘hijos de’ y jamla, nombre familiar, según el diccionario Alcover-Moll. Así mismo, encontramos otra hipótesis en el libro de Severino Giner Guerrion donde el nombre de Benigembla podría venir de Baniambla, nombre de una familia árabe relacionada con la formación de la alquería. Con la llegada de los cristianos y según los documentos del Llibre del Repartiment, estas tierras fueron cedidas a Pedro de Altafulla.
Benigembla se convirtió en escenario de uno de los episodios históricos más importantes del siglo XVII, con el bando de expulsión de los moriscos de 1609 de Felipe III, miles de familias moriscas se rebelaron y llegaron por Petracos hasta Benigembla por donde subieron la montaña hasta la cresta. Casi 17.000 personas se hicieron fuertes en el Cavall Verd, mientras Benigembla se convirtió en plaza del ejército del rey con el general Agustín Mejía al cargo. Finalmente, la población morisca fue derrotada y aplacada su revuelta.
En el siglo XIX, Benigembla contaba con una producción de pasa que se convirtió en el principal motor económico. Se puede ver claramente por esta zona las diferentes paseras utilizadas para secar la pasa que después exportaban. Sin embargo, con la crisis de la filoxera empezaron las primeras migraciones, en este caso principalmente hacia los Estados Unidos, que todavía hoy en día perdura con familias que viven allí y vuelven cada verano al pueblo.
Otro episodio fundamental de la historia del pueblo es la riada de 1957, que causó la destrucción de gran parte del pueblo. Por eso se levantó un muro de contención monumental, conocido como el Ribàs (ribazo), que protege el pueblo y del que su benefactor fue Baldomero Vega de Seoane. Tal es la importancia del Ribàs que se ha convertido en símbolo principal del escudo municipal.
La economía principal sigue siendo la agricultura, con cítricos y olivos de los que hay algunos centenarios dignos de visitar.
FIESTAS
- Las fiestas locales se celebran en honor a san José, san Agustín, san Francisco y la Asunción de los días 12 al 17 de agosto.
- Los días 16 y 17 de enero se celebran las fiestas de Sant Honorat y Sant Antoni.
- BIMAU son las siglas de Benigembla Internacional Mostra d’Art Urbà. Su principal característica es convertir en lienzos las paredes de los edificios del municipio.
GASTRONOMÍA
- Las cocas en todas sus variantes tienen mucho protagonismo en Benigembla. Podéis probar las cocas escaldadas (minxos) a la plancha con diferentes clases de rellenos, las cocas fritas con tomate y anchoa, o las cocas al horno.
- Respecto a platos de picar, la borreta de melva es de los más significativos durante todo el año, o el espencat (especialmente en verano con la hortaliza en plena producción).
- Los arroces también son parte fundamental de la dieta, destacando el arroz caldoso amb penques i naps (con pencas y nabos) y el puchero con pelotas de carne, que sobre todo se consumen durante el invierno.