Esta ruta se tiene que realizar con kayak. Empezando desde la cala del Moraig, perfilamos, por su lado izquierdo, la costa recortada donde se alternan calas pedregosas y abruptos acantilados.

Lo que descubriremos a lo largo de este recorrido son las pesqueres de cingle, y con ellas la historia de nuestros antepasados y de esta actividad pesquera endémica.

Estas pesqueras eran pequeñas construcciones artesanales colgantes en el abrupto litoral. Los pescadores que utilizaban las pesqueras basaban sus conocimientos en la tradición heredada de padres a hijos y adquirida por la experiencia.

Actualmente, todavía se pueden ver diferentes pesqueras desde el mar o desde los acantilados. Todas ellas se encuentran muy deterioradas por el impacto del mar, pero aún se puede observar el valor y la peligrosidad que comportaba acceder hasta allí.

La estructura de la pesquera se emplazaba en un punto próximo a la base del acantilado, cuyo acceso se realizaba mediante la instalación de un conjunto de cuerdas y escaleras con las cuales se descendía por el acantilado, y desde donde se pescaba durante la noche utilizando luz para atraer los peces. La pesquera se situaba en un saliente de la misma roca o, más comúnmente, sobre un carrizo, que a manera de plataforma se sujetaba al acantilado por cuatro tirantes de cuerda. Solían también tener habilitados unos refugios hechos por los pescadores.

En este sentido, se pueden diferenciar las pesqueras sobre peñas y las armadas sobre carrizo. Los habitantes de Benitachell en particular usaban casi exclusivamente las pesqueras de carrizo, construidas a finales del siglo XIX y principios del XX.

Esta modalidad de pesca también se conoce como encesa (encendida) porque utilizaba la luz como elemento visual atrayente.

• Distancia: 0,31 km.
• Desnivel positivo: 1 m.
• Desnivel negativo: 1 m.
• Altitud máxima: 0 m.
• Trailrank: 14.
• Altitud mínima: 0 m.
• Tipos de ruta: Solo ida.