L'Atzúbia Forna
Forna disponía de una escuela clasificada como unitaria mixta. Como era bastante habitual en muchos pueblos, en aquella época el Ayuntamiento no disponía de ningún local público, razón por la cual tenía que alquilar una casa que hiciera de escuela y, a veces, de lugar de vivienda de la maestra o el maestro.
El curso 1932-1933, la maestra interina Jesusa Sirera Tormo fue la encargada de cumplimentar la estadística escolar de 1932, gracias a la cual conocemos que el edificio que alojaba la escuela había cambiado: ahora estaba en la Casa Badia. Según este informe, el edificio era inadecuado, puesto que no reunía las condiciones higiénicas oportunas y carecía de servicios para los niños. La vivienda de la maestra, también situada en este edificio, se encontraba en unas condiciones impropias para vivir. Además, señalaba, el mobiliario era suficiente, pero viejo, y el material escolar era escaso.
La Casa Badia es uno de los edificios más representativos y estimados por los vecinos de Forna. Situada en el corazón del pueblo, el paso del tiempo, la dejadez y algunas cuestionables actuaciones la habían deteriorado gravemente. Para reparar los daños y dotarla de una nueva funcionalidad, el mes de septiembre de 2016 se iniciaron las obras de rehabilitación, que se pararon un mes después por razones “técnicas”. Sin embargo, hace nada se han retomado las obras de recuperación del emblemático inmueble.
El proyecto de rehabilitación de la fachada considera también la restauración de los tres relojes de sol y de la inscripción (extraída de un versículo del Libro de Job) que acompaña a uno de ellos:
Año 1782
Joaquin Sansano Vicario
Dies mei transierunt sicut Aquila vols ans ad escam. (Job c.9 v.26): “Mis días transcurrieron como águila al ataque de su presa”.