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El Montgó es un macizo de 753 metros de altura situado en la comarca de la Marina Alta que se levanta sobre las llanuras colindantes de Ondara-Dénia y de Jávea-Gata de Gorgos. Pertenece a la última unidad de la cordillera prebética y está truncada por dos fallas, la de Dénia en el norte y la de Jávea en el sur.
Fue declarado parque natural por la Generalitat Valenciana el 16 de marzo de 1978 y el noviembre de 2002 se amplió su zona protegida a un total de 7.503,99 hectáreas.
Su aspecto seco y abrupto en la distancia nos presenta una variedad de ecosistemas que albergan centenares de especies.
Debido a su emplazamiento geográfico, el Montgó ha sido un punto importante de interés histórico, utilizado como hogar, atalaya defensiva, lugar de caza, recolección y cultivo de antiguas civilizaciones desde el Paleolítico superior hasta la Edad del Bronce pasando por los asentamientos de los poblados ibéricos, la época musulmana y la posterior conquista cristiana.
En cuanto al clima, destacamos las criptoprecipitaciones de la cumbre.
Las más de 650 especies diferentes de flora que existen en el parque hicieron que fuera declarado espacio natural. En los acantilados de la umbría podemos disfrutar de la herba de la ferradura (herradura valenciana) y de la escabiosa rupestre; en los acantilados de la solana, de especies adaptadas a la escasa humedad y las altas temperaturas, y en los acantilados de Sant Antoni, de especies adaptadas a vivir en grietas, rellanos y con porcentajes de salinidad elevados, como la silene de Ifac, el ginebre marí (enebro marítimo) y el alfals arbori (alfalfa arbórea). En las vertientes descubrimos la mareselva (madreselva), el arítjol (zarzaparrilla o zarza morisca), el marfull (durillo o laurentina) y el freixe (fresno), mezclados con repoblaciones de pi blanc (pino carrasco), oliveras, almendros, higueras y parras.
Dentro del parque natural del Montgó encontramos la reserva marina del cabo de Sant Antoni.
El Montgó constituye uno de los mejores puntos de avistamiento de aves, siendo un buen lugar para observar aves marinas en épocas de migración como el falcó pelegrí (halcón peregrino) y la gavina corsa (gaviota de Audouin). La cara sur del Montgó es perfecta para ver búhos y especies de gasterópodos e insectos; y las llanuras, un lugar para ver las aves rapaces que viven a los acantilados como el halcón y el xoriguer comú (cernícalo vulgar).
Respecto a los mamíferos destaca el teixó (tejón), el porc senglar (jabalí), la rabosa (zorro) y la geneta comuna (gineta común), dependientes todos ellos de la abundancia de conejos y roedores, y los murciélagos, que ayudan a mantener el ecosistema del parque consumiendo importantes cantidades de insectos. Abundan reptiles como la sargantana cuallarga (lagartija colilarga), el llangardaix ocel·lat (lagarto ocelado), la serp verda (culebra bastarda) y la bívia ibèrica (eslizón ibérico).