Esta parte de Jávea conserva su peculiar trazado medieval, un entramado de calles estrechas de fachadas blancas, portales arqueados, ventanales góticos y enrejados de forja, todo esto rematado por la característica piedra tosca de la zona.
En el centro de la villa se alza la iglesia de Sant Bertomeu, del siglo XIV al XVI, bello ejemplo del gótico isabelino. En esta misma plaza podemos observar dos modelos de casas, como el palacio de los Sapena (s. XV) o la casa de los Bolufer (s. XVIII-XIX). A lado y lado de la iglesia se encuentran el mercado municipal de Abastiments (1946) y el ayuntamiento (s. XVIII, reformado en el XX).
Desde aquí, por la calle Primícies llegamos al Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco, situado en la casa palacio de Antoni Banyuls del siglo XVII. Siguiendo por la calle Major pasamos por la casa de Tena (1867), actualmente sala de exposiciones Ca Lambert. A pocos metros, en la calle de Avall, está la capilla de Santa Anna. De nuevo bajando por la calle Major llegamos a la plaza del Convent, donde encontramos el convento de las Agustines.
Subiendo por la avenida Príncep d’Astúries, llegamos a la reconstrucción de un tramo de las antiguas murallas medievales. Desde aquí podemos acceder al parque Montaner donde se sitúa el riurau de los Català d’Arnauda, trasladado desde su ubicación original, es el ejemplo más representativo de la importancia que consiguió el comercio de la pasa. (1)
(1) Información extraída de la web de turismo de Jávea.