Este mes de agosto el equipo de la MACMA nos hemos puesto de nuevo la mochila a las espaldas y hemos ido a explorar algunas cuevas, pueblos y caminos entre montañas. En esta ocasión planteamos una vuelta llena de historia y cultura por los últimos siglos en la Marina Alta. La experiencia está planteada para hacer en coche, moto o bicicleta entre diferentes pueblos y andando o en bicicleta por dentro de los pueblos y por las rutas propuestas. Un itinerario de dos días y 10 municipios, donde un día los bandoleros dejaron la impronta de su historia. Descubrir el territorio de una manera diferente es posible, y nuestro equipo lo ha vuelto a hacer. Hemos entrelazado en una excursión la historia, la cultura y el patrimonio con nuestro territorio y los espacios que nos rodean, de una forma divertida y dinámica. Pueblo a pueblo, por el territorio más escondido de la Marina, iremos visitando los elementos más emblemáticos relacionados con el mundo del bandolerismo. Quédate con nosotros e iremos desvelando los tesoros que esconden nuestros pueblos y paisajes.
Ya nos encontramos en el ecuador del verano y con este calor, lo que más deseamos es encontrarnos con la sombra de la montaña y poder disfrutar del cielo claro que nos ofrece..
UN POCO DE HISTORIA. Sabemos de donde venimos para decidir donde vamos.
El bandolerismo ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, con una gran presencia en el Mediterráneo desde el siglo XVI hasta finales del XIX. La Marina Alta era un hogar habitual donde se escondían un gran número de bandoleros. Esta figura ha sido muy relevante en la sociedad, tanto en el ámbito social como en el cultural.
Desde el siglo XVI, el bandolerismo campó con fuerza por el territorio de la Marina y persistió hasta final del siglo XIX. Este fenómeno viene ligado al sistema social, político y económico del momento, sobre todo por la dureza del régimen señorial que fomentaba la pobreza extrema. Otra causa son las grandes crisis económicas, políticas y de sanidad ligadas a diferentes oleadas de epidemias, que fomentaron una potente crisis social que alimentaba gran parte de las pandillas de ladrones o bandoleros que buscaban una forma de sobrevivir en un momento muy duro. Sus actuaciones se basaban en el bandidaje rural, atracando a personas adineradas por rutas comerciales y caminos de montañas, mostrando matices de revuelta contra las injusticias y la pobreza.
El fenómeno del bandolerismo llevó a una división de la opinión pública. Por un lado, un grupo de personas veían a los ladrones como “malditos” que atacaban sus vidas y como una lacra a extinguir. Otras personas los consideraban extraordinarias y héroes al estilo Robin Hood, que hurtaban a los ricos para darlo a los pobres.
Un gran grupo de ladrones habitaban las montañas y las cuevas de nuestro territorio. Incesantemente, los ricos y terratenientes eran asaltados por diferentes pandillas de bandoleros de la Marina Alta, La Marina Baja y la Safor, pero sucedió un robo que, hoy en día, se ha convertido en leyenda literaria.
Hablamos de un acontecimiento que fue muy mencionado en las comarcas del Condado y la Marina Alta: el robo de Benimassot. El 22 de febrero de 1874, la pandilla de ladrones denominados Secuestradores de la Marina asaltó de madrugada la iglesia de la Purísima Concepción de Benimassot. Los 34 ladrones, con Josep de la Tona al frente, perpetró un saqueo sin violencia, encerrando a los ciudadanos y ciudadanas dentro de la iglesia y nombrando a los más ricos del municipio para obligarlos que les abrieran sus casas y poder saquear sin ningún inconveniente. Finalmente, los bandoleros huyeron por el barranco de Malafí, desde el Valle de Seta hasta la Marina Alta.
Este acontecimiento, junto con todos los otros vividos durante cuatro siglos, hicieron que el bandolerismo tuviera una gran influencia en las vidas de los ciudadanos y ciudadanas de la Marina Alta. Actualmente, los ladrones representan una parte de las características del “pueblo valenciano” y sus historias siguen muy vivas en la memoria del pueblo valenciano. No son demasiados los archivos y documentos que se han encontrado sobre los bandoleros, pero la impronta que dejaron ha hecho que sus historias continúen circulando de boca en boca por las calles de los pueblos de la Marina, convirtiendo estas aventuras en historia viva y patrimonio colectivo. Esta impronta la podemos encontrar en la literatura, la lengua y nuestras expresiones. A lo largo de los años se han escrito una gran cantidad de libros, sobre el bandolerismo en la Marina Alta, así como, algunos cuentos que narran el robo de Benimassot. También podemos ver en el día a día algunas expresiones: “Quedar com Camot”, “Ese es un ganyan”, o “Se ha quedado como la nóvia de Pinet, con la cara lavada y el peinado hecho”.(S'ha quedat com la nóvia de Pinet, amb la cara llavada i el monyo fet)
A continuación, dejamos una pequeña lista de pandillas y bandoleros que actuaban en la Marina Alta y comarcas de alrededores:
- Josep de la Tona de Pedreguer. Cabecilla de la pandilla denominada ‘los Secuestradores de la Marina’, compuesta sobre todo por gente de los pueblos de la Vicaría como Benimeli, el Ràfol d'Almúnia, Sanet i els Negrals y Sagra.
- Pinet de Tàrbena actuaba por el camino de las vueltas hasta Parcent.
- La pandilla del Ganyan de Pego.
- Eugeni Cruanyes de Jávea, que actuaba en Senija y Xaló.
- Francesc Xolvi de Jávea, que actuaba en Benissa, Calp y Llíber.
- Mixana de Castell de Castells.
- La pandilla de Destralet, de la Vall d'Ebo.
- Camot de Xàtiva, uno de los bandoleros más conocidos.
- El Manco Calderón, uno de los bandoleros más conocidos de Cocentaina.
- Jaime el Barbudo, toda una leyenda de Crevillent.
- Batiste el Marca, de Quatretonda
- Josep Agüir Cebo, de Guadassuar.
Curiosidades:
- Ladrón: Persona que roba. También denominado “roder” y bandolero.
- Robo de Benimassot: en este robo consiguieron entre 53.000 y 55.000 reales que actualmente equivalen a 660.000 €.
- Las pandillas de bandoleros utilizaban las cuevas y otros espacios en las montañas como escondrijo y resguardar su “tesoro”.
JORNADAS PROPUESTAS. Paso a paso vamos haciendo camino.
Este mes proponemos una experiencia para adentrarnos en una pequeña parte de la historia de la Marina. Aprovechamos así para huir del calor. Durante las jornadas propuestas, combinaremos las rutas por senda y por pueblo, con la visita en espacios emblemáticos que han jugado un papel importante en la historia del bandolerismo.
Para empezar esta excursión, iremos a Pedreguer, un pueblo que se encuentra en la parte central de la comarca. La relación de este municipio con el bandolerismo es por un personaje muy relevante durante el siglo XIX. Hablamos de Josep de la Tona, un bandolero y jefe de la pandilla “Los secuestradores de la Marina” quienes hicieron uno de los golpes más sonados en todo el territorio, el robo de Benimassot. El nombre de la Tona ha rodado tanto de boca en boca, que en este mismo pueblo podemos encontrar una calle con su nombre, la calle Josep de la Tona. Para empezar el día, proponemos hacer una parte de la ruta senderista de los Molinos (Molinets) de Pedreguer, dejando el coche en la avenida del País Valenciano y empezando desde aquí mismo la ruta por senda hasta los Molinos (Molinets) y volver a bajar. A la vuelta de la ruta, recomendamos parar a almorzar a algún bar del pueblo y pedir un Malcriado (tostada de pan con la mitad llena de tomate y atún, y la otra mitad de la rebanada con tomate y anchoas). Después de cargar fuerzas, iremos en coche o andando al Huerto de l'Alé, para visitar una instalación, construida en 1830 y rehabilitada posteriormente con el objetivo de promocionar la sostenibilidad en el aspecto ecológico, etnológico y solidario. Para acabar, con el coche y por senda, iremos a visitar el Castillo de l'Ocaive, datado en la época medieval y reconstruido hace poco para evitar el derribo completo.
Acto seguido nos dirigiremos al siguiente municipio, el Poble Nou de Benitatxell, situado en la costa sur de la Marina. Primero, recomendamos dar una vuelta por el pequeño casco urbano y visitar El Portalet, nombre con el cual se conoce la puerta que da acceso a la plaza de la Iglesia desde su lado posterior. Desde allí tendremos unas espectaculares vistas del Montgó y su llanura. También visitaremos la Iglesia de Santa Maria Magdalena que se encuentra en el punto más alto del casco urbano, y el Oratorio de San Jaime Apòstol, también conocido como el Oratorio de Jaume Llobell, donde se encontraban unas escuelas y un hospital anexos en el templo. En último lugar, visitaremos la Cueva de las Brujas, considerado yacimiento arqueológico que engloba todas las culturas que han pasado por el municipio, desde los íberos hasta los primeros pobladores cristianos, y que destaca la presencia andalusí. Cuenta la leyenda popular que esta cueva era un escondrijo de ladrones y bandoleros, donde escondían la riqueza robada y, para que las personas no se acercaran a la cueva, estos hacían gritos, quemaban azufre y contaban por el pueblo que en esa cueva había brujas, de aquí su nombre. Así, los bandoleros se aseguraban de asustar a la gente y mantener un refugio seguro. Además, el Ayuntamiento dispone de cuadernos didácticos para todas las edades y poderlos hacer en familia. Os dejamos el enlace para descargar el material HACIENDO CLIC AQUÍ.
El siguiente pueblo que visitaremos en este primer día de la experiencia es Senija. Municipio del interior de la comarca que también está relacionado con las pandillas de bandoleros, sobre todo la cueva de la Garganta, puesto que fue el refugio del bandolero llamado Tona, que robaba a los comerciantes que iban o venían por el camino viejo de València. Además, recomendamos, adentrarnos en la marcha senderista organizada por el Ayuntamiento de Senija, el club de montaña Margalló y la FEMECV, denominada El camino de los bandoleros, puesto que es un recordatorio a esa parte tan importante para el pueblo, que fueron los bandoleros.
Además, visitaremos el Arco gótico y la Antigua fuente del pueblo, dos espacios emblemáticos para los senigeros y senigeras.
Para cerrar este primer día de las jornadas propuestas, lo haremos en Castell de Castells, pueblo del interior que cierra la ruta con las comarcas del Condado y la Marina Baixa. De este municipio era Mixana, un bandolero conocido por la gente de la Marina. Además, desde Castell de Castells empieza la ruta senderista por la cual huyeron los bandoleros en el robo de Benimassot. Se trata de la ruta PR-CV 168 Castell de Castells - Plano de Petracos - Barranco de Malafí - Benimassot, de un total de 35 kilómetros, con un desnivel de 1162 metros y una media de 11 horas. Durante el trayecto, visitaremos el Santuario del Plano de Petracos y el Barranco de Malafí, los pueblos de Facheca, Famorca y Tollos hasta llegar a Benimassot. Otra opción es hacerla más corta, saliendo desde Castell de Castells hasta el plano de Petracos y volver por el mismo camino. Una vez volvemos al pueblo, podemos dar una vuelta por las calles y visitar la iglesia de Santa Anna. Para terminar este día tan completo, podemos ir a un bar y pedir “minxos”, un plato muy típico de la zona.
El segundo día de esta experiencia, continuaremos visitando pueblos de los bandoleros, caminos por donde atracaban y espacios donde se escondían. Este día lo empezaremos visitando uno de los cuatro valles de la Marina Alta. La Vall d'Ebo, ubicada en el interior oeste de la comarca, enclavada en una de sus zonas más escarpadas. Además, es el pueblo de algunos bandoleros de la pandilla de Destralet. Para empezar el día, daremos una vuelta y aprovecharemos para ver la iglesia de San Miquel y el Museo etnológico y Centro de Interpretación de Arte Rupestre, una casa antigua que se ha convertido en museo con la colaboración de todos los vecinos y vecinas. Para acabar, cuando cogemos el coche para dirigirnos en el próximo pueblo, haremos una última parada a la Cueva del Rull, descubierta en 1919 y que ahora está abierta al público. Podemos disfrutar de la cueva llena de estalactitas y estalagmitas que crean formas de varios colores.
Desde este municipio, situado a 394 metros de altitud, bajaremos a visitar una pequeña sub-comarca, la Rectoria, conformada por cinco municipios. La mayoría de estos eran los pueblos de los bandoleros que formaban la pandilla de los Secuestradores de la Marina y que llevaron a cabo uno de los atracos más sonados en el territorio valenciano, el robo de Benimassot. Esta pandilla de la Vicaría con su jefe, Josep de la Tona, huyeron y escondieron su botín por diferentes pueblos como Sagra, el Ràfol d'Almúnia, Benimeli y Sanet i els Negrals.
El primer pueblo es Sagra, y antes de visitar cualquier lugar, iremos al bar a almorzar una de sus famosas cocas de ‘figatells’ o de ahumados junto con los cacaos, olivas y la ensalada de tomate y cebolla de la huerta. A continuación, comenzaremos bajando por las calles, hasta llegar a la plaza, donde encontramos el Ayuntamiento y la iglesia de San Sebastián Mártir. También nos toparemos con la plaza de las Fuentes, uno de los lugares más valorados por la gente del pueblo, donde siempre se juntan para “hacer comboi”(hacer una quedada con los amigos). Desde aquí empezaremos una ruta que cruzará por tres pueblos más de la Vicaría, paseando por caminos y visitando sus espacios más emblemáticos.
Empezaremos por el camino de la Acequia Perdida, paseando entre naranjos hasta llegar por el camino Hondo en el Ràfol d'Almúnia. Allí mismo encontramos el Escudo picado de la Segunda Germanía, picado por los labradores en protesta contra los señores. En este mismo punto también podemos ver el lavadero, un espacio muy importante para el día a día de la población, puesto que tiempo atrás las mujeres tenían que desplazarse hasta las acequias para poder lavar la ropa. Continuamos paseando por el pueblo y visitaremos la iglesia de Sant Francesc de Paula y el parque que hay al final del pueblo, en la zona deportiva, denominado por los rafolencos y rafolencas, los Chopos.
Para llegar al siguiente pueblo, pasaremos de ir por caminos a andar por la CV - 729 hasta Benimeli. Un pueblo pequeño y con encanto en cada rincón. En la misma carretera encontraremos la Font de San Andreu. Adentrándonos por las calles estrechas encontraremos muchos espacios mágicos del pueblo. En la plaza mayor, junto a la iglesia de San Andreu Apòstol, está la Casa de la Tía Xima, un lugar significativo en la historia del bandolerismo a la Marina. Cuenta la leyenda que fue la casa donde guardaron el tesoro del robo de Benimassot. Continuaremos visitando la Plazoleta Gil - Prensa de aceite y el parque del camino del calvario.
Por la misma CV-729 iremos hasta Sanet i els Negrals, último pueblo de la Rectoria, situado en la base de una de las vertientes de la sierra de Segària, el eje central de la comarca, hacia el norte. Este municipio nace con la unificación de dos núcleos de población. Avanzando por las calles, encontraremos la iglesia de Santa Anna y la plaza de Cristo, que se construyó con la colaboración económica de todo el pueblo. Desde este lugar hay una de las mejores vistas panorámicas del valle y del río Girona. En esta plaza se celebran las fiestas en verano y los saneteros y saneteras se juntan para hacer hermandad. Justo delante de la plaza está el Palacio de la Señoría, o el Palacete de los Señores de Merita, de estilo academicista, se construyó en el siglo XVIII y se reformó en el XIX. Para acabar con Sanet y Negrals y con la sub-comarca de la Vicaría, visitaremos la Bolata. Se trata de un manantial entre Tormos y Sagra, el caudal del cual está formado principalmente por la sierra del Mediodía y los riscos. El agua corre de oeste a este, y se caracteriza por un funcionamiento irregular.
Cuando finalizamos la visita a esta sub-comarca, volveremos por el mismo camino hasta donde tenemos el coche y nos dirigiremos a Pego, haciendo la primera parada en el Parque Natural del Marjal para hacer un itinerario interpretativo en barca por el Salinar. A continuación nos dirigiremos al mismo municipio para hacer una ruta por las Murallas y el centro, donde visitaremos el ayuntamiento, la Casa de la Señora y el Portal de Sala, el único que queda en pie de los tres portales antiguos que daban acceso a la villa fortificada. Para acabar esta experiencia llena de historia, iremos hasta el paseo de Cervantes, donde veremos la Fuente de los Cuatro Chorros, fuente pública de principios del siglo XIX, de nacimiento natural. Aquí cerraremos el día, descansando en alguno de los bares del Paseo, para tomar una bebida refrescante y alguna de las comidas tradicionales del pueblo.
*Esta experiencia está pensada para hacerla en dos días, sean consecutivos o en dos días diferentes. El equipo de la MACMA proponemos unas rutas, espacios y edificios para visitar, pero cada persona puede adaptar la experiencia a sus capacidades, resistencia física e intereses. Si queréis ampliar información o elementos a visitar de cada pueblo, podéis entrar a la página web de Descobrim la Marina Alta y adaptar la experiencia a vuestros gustos con la mochila.
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