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Experiència de juny

¡Piratas a la costa!

Una propuesta de la MACMA

28/05/2024 | Àngela Lull Mut

Este mes de Abril el equipo de la MACMA nos hemos puesto la mochila a las espaldas y hemos ido a explorar algunas iglesias fortificadas y torres de vigía de la Marina Alta. Una vuelta que te permitirá conocer los puntos más relacionados con la piratería en las costas de nuestra comarca. Esta experiencia está pensada para hacer en coche o moto entre diferentes pueblos, andando o en bicicleta entre pueblos y rutas propuestas. Aprendemos historia de una manera diferente. Un itinerario dividido en dos días y ocho municipios para descubrir. Pueblo a pueblo, iremos de la costa al interior, visitando los elementos más emblemáticos relacionados con el mundo de la piratería. Quédate con nosotros e iremos desvelando la historia y las curiosidades de los pueblos y paisajes que hemos visitado en esta excursión, de la cual nosotros hemos disfrutado y ahora esperamos que la disfrutéis vosotros también.
 

UN POCO DE HISTORIA. Sabemos de dónde venimos para decidir a dónde vamos.

Entramos en Junio y con él, el buen tiempo y las ganas de ir a refrescarse en el mar.El hilo conductor de la excursión que os proponemos será una parte de la historia que ha marcado/ caracterizado a la población de la Marina y sus costumbres.

La Marina Alta y su gente siempre han tenido relación con el mar. Por un lado, la pesca daba de comer a la población, por otro lado era un peligro, tanto por las tormentas y oleajes como por la piratería. Esta ha estado presente durante muchos siglos en nuestras costas, a pesar de que se intensificó su presencia desde el siglo XVI hasta el XVII, no son los primeros ataques que recibimos. Los piratas y los corsarios son tan antiguos como los hombres y la piratería en el mar, lo es desde el momento en que se descubrió el arte de navegar por el mar y los océanos. Concretamente, en el mar Mediterráneo tenemos constancia de esta actividad desde la antigüedad clásica.

En primer lugar, antes de adentrarnos en la historia, hay que comprender algunos conceptos. Los corsarios y los piratas son dos figuras diferentes. Por un lado, los piratas se consideraban bandoleros del mar que atracaban barcos y embarcaciones sin norma ni ley. ¿Su objetivo? Saquear y tomar cautivos. Generalmente, capturaban naves y en el caso de desembarcar, robaban, saqueaban y raptaban personas para después venderlas como esclavos o cobrar un rescate por ellas. Por otro lado, los corsarios hacían las mismas acciones que los piratas pero con una aparente legalidad, puesto que contaban con la patente de corazones, un permiso del rey que les daba ‘bula’ para atacar barcos enemigos de su reino. Con el tiempo, esta pequeña diferencia fue disipándose hasta considerarlos iguales. Su procedencia era muy diversa (árabes, catalanes, genoveses, portugueses,etc), pero los que más peligro representaban a nuestras costas eran los procedentes del Norte de África, ya que fueron los más persistentes en el tiempo y los que más cerca estaban.

En cuanto a la defensa del territorio, solo les quedaba defenderse unos de otros. Sus opciones se reducían a tomar embarcaciones y perseguirlas, o construir fortalezas, torres, casas fuertes y murallas. Sumadas a una vigilancia constante para anticiparse a los posibles ataques. Aun así, durante mucho tiempo la defensa fue muy escasa, solo contando con algunas atalayas y algunas pocas fortificaciones. No es hasta la entrada de Felipe II en el trono, cuando se hicieron los primeros informes sobre la fortificación del Reino de Valencia y a raíz de estos, se construyeron torres de vigía e iglesias-fortaleza que también se podían usar para vigilancia y defensa. 

Los ataques en nuestras costas son más frecuentes e intensos en los siglos XV y XVI, pero no fueron los primeros. En el siglo XIV se registraron dos ataques en las costas de Benissa por los moros de Marruecos y la Villa de Jávea, atacados con galeras y atzaures. En el siglo siguiente el panorama cambia mucho. Es el siglo en que más cartas se envían desde Dénia, Calpe y Teulada a Valencia, avisando de piratería en la costa. Un total de 130 cartas registradas de la Marina Alta alertando de los posibles ataques. Con este número tan grande. Dénia optó por dar muchas licencias a corsarios para que protegieran el territorio y su población. Los ataques eran bastante frecuentes, puesto que el único mecanismo de vigilancia eran las atalayas y no eran bastante efectivas contra el número tan elevado de barcos enemigos.

En el siglo XVI, un cúmulo de acontecimientos harán que sea una época muy complicada para el Reino, marcada por los ataques más intensos en la historia de la piratería en nuestra costa. Este aumento en número y peligrosidad está relacionado con dos otros hechos históricos relevantes que influyeron en su presencia. Por una parte, Carlos V estaba en guerra con el Imperio Turco Otomano, el cual estaba aliado con Argelia, en el Norte de África. Tanto Argelia como el imperio Turco tenían una gran flota pirata y sus ataques en el Mediterráneo eran constantes.

Por otro lado, después de mucho tiempo de confrontaciones y discrepancias, entre cristianos y moriscos, la situación empezó a empeorar. Las desconfianzas entre las dos comunidades eran de tal importancia y las presiones al rey eran tales que finalmente se prohibió a los moriscos ir a la costa, puesto que tenían la creencia de que los moriscos eran aliados de los piratas del imperio Turco y de Argelia y los ayudaron a desembarcar. Mientras tanto, en el Norte de África había dos figuras que estaban tomando cada vez más fuerza para atacar las costas, hablamos de los piratas y corsarios Cachidiablo y Barbarroja, dos de los más importantes de la historia de la piratería. Los dos en 1518 devastaron las costas del mar Mediterráneo, desde Badalona hasta Alicante, atacando con “fustas i Galeras”. Una de las villas que fue atacada aquel año, fue Dénia.

Unos años después, en 1522 se da la revuelta de las germanías. Los cristianos empiezan a realizar bautizos ilegales a los vasallos musulmanes que vivían bajo el dominio cristiano. Poco tiempo después (1525), una junta de teólogos validará estos bautismos forzados y quedaría prohibido practicar el islam, obligando a hacer que abandornaran su religión, cambiando sus nombres musulmanes y pasar a denominarse moriscos o cristianos nuevos, en vez de mudéjares. Esto llevó a un aumento de malestar y discordia de los moriscos hasta el punto de querer huir a África con la ayuda de los piratas y abandonar sus aljamas en villas como Parcent, Murla, Vernissa, Benigembla, Alcalalí o Mosquera. Justo unos años después, en Octubre de 1529 se produce uno de los ataques más relevantes en la historia de nuestra costa, dirigido por Cachidiablo y el célebre pirata Barbarroja -fue la única vez que los piratas dejaron completamente despoblada la aljama de Murla, ya que ayudaron a seiscientas personas a huir con ellos hacia el Norte de África. También huyeron con los piratas, moriscos de Parcent, Benigembla, Vernissa, Alcalalí y Mosquera y otros cristianos que fueron raptados para venderlos como esclavos o pedir rescate por ellos.

Los ataques persistieron y en 1548 se dio la Batalla de Calpe, donde el valenciano Vicent Peñarroja armó galeotes en Jávea para perseguir a los piratas hasta conseguir la victoria. Dos años después, el conocido pirata Dragut intentó desembarcar a mil berberiscos cerca de Benissa, pero no lo consiguió. En 1554 Dénia sufre un ataque que es el punto de inflexión para decidir reforzar las murallas del castillo y prepararlas para las nuevas técnicas de guerra. El 9 de septiembre de 1556 llegan diez galeotes a las costas de Jávea, finalmente los corsarios argelinos no pudieron atacar y se desviaron rumbo a Dénia. A finales de este siglo, en 1585 lucharon soldados de Benissa y Jávea contra seis galeotes cerca de Cap prim.

A comienzos del nuevo siglo, en 1600 Calpe es asaltado y saqueado con tres fragatas de moros. Treinta y siete años después, las naves moras vuelven a atacar Calpe consiguiendo capturar cuatrocientas personas. Las creencias de que los moriscos ayudaban a los piratas solo haciendo que aumentar, esta desconfianza junto con otras causas determinó que el 1609, Felipe III firmará el decreto que autorizaba la expulsión de los moriscos de todos los reinos peninsulares, provocando que la Marina Alta perdiera casi el 80% de su población. A raíz de este despoblamiento masivo, los habitantes de las Islas Baleares vinieron a repoblar. Pero, después de la expulsión de los moricos, los ataques piratas no desaparecieron. En 1667, dos barcos (San Joseph y Santa Clara) iban desde Italia a Cádiz para abastecerse de cebada y grano, pero en Moraira, los piratas berberiscos consiguieron pararlos, haciendo que no llegaran a su destino.

Para terminar, uno de los ataques más fuertes sufridos fue el 22 de Octubre de 1744 que asaltaron a casa mil personas en Calpe. Por este hecho histórico, el municipio celebra la fiesta de Moros y Cristianos en honor al (Santíssim Crist de la suor)Santísimo Cristo del Sudor, rememorando este asalto. Aunque continúa habiendo piratas en la costa, en los siglos XVII y XVIII se aprecia una gran diferencia a los siglos anteriores. Poco a poco los ataques van menguando su frecuencia y virulencia, puesto que el 1552 se realizan diferentes informes para la defensa de la costa y a raíz de estos, Felipe II manda construir diferentes torres vigía y la fortificación de algunas villas de la costa.

Las torres de vigía eran un continuo a lo largo de la costa valenciana para vigilar el mar. Todas comunicadas entre ellas y con los centros militares de Dénia y Villajoyosa, de forma que estaban conectadas visualmente para que desde una torre pudieras ver la anterior y la siguiente. En la Marina Alta había un total de nueve torres de las cuales han sobrevivido sólo siete. El sistema de comunicación entre estas era a través de fogatas. Durante el día, las torres hacían fuego tres veces al día para avisar que no había piratas a la vista, en cambio, si había posibilidad de ataque, hacían señales de humo para avisar. Por la noche el sistema era diferente, si las torres de vigía se encendían, era para avisar de un posible ataque.

Aparte de las torres de vigía, también se construyeron las llamadas iglesias-fortaleza, una tipología de edificio que combina la función militar con la religiosa. Se caracterizan por la abundante presencia de elementos defensivos en sus estructuras como murallas, torres, fortines y usando los campanarios como torres de vigilancia.

 Como hemos podido ver, los piratas y corsarios han formado parte de nuestra historia durante muchos siglos, haciendo que, en parte, nuestra cultura y patrimonio se caracterice por estos ataques.

Curiosidades:

  • Expresión: “Hay moros en la costa”
  • Expresión : “Das más miedo que una fragata de moros”
  • Los piratas musulmanes estuvieron en nuestras costas hasta 1830, cuando Francia conquista Argelia y acaba con el foco de piratería en el Mediterráneo.
     

JORNADAS PROPUESTAS. Paso a paso vamos haciendo el camino.

Este mes proponemos una experiencia para disfrutar del buen tiempo, del mar Mediterráneo y de su relación con la Marina Alta y proponemos combinar las vistas a espacios emblemáticos con rutas senderistas y urbanas. Siguiendo los pasos de los piratas, descubriremos ocho pueblos de nuestra comarca. El mar, las torres, los fuertes y las iglesias serán los protagonistas en el mes de Junio. Venís con nosotros a descubrirlas?

Para comenzar esta aventura iremos a Benissa. El núcleo de la población de Benissa se concentra en el interior, pero, aun así, su término municipal (el más grande de toda la comarca, con 69,7 km cuadrados) llega hasta la costa, por eso sufrió varios ataques de los piratas. 

Dejaremos el coche en el parking de la avenida de la constitución y desde aquí daremos un paseo por el municipio i visitaremos la plazoleta de la iglesia vieja donde se encontraba la iglesia-fortaleza de (Sant Pere) San Pedro. Fue construida en el siglo XVI para la celebración de culto cristiano, pero con funciones claramente defensivas a causa de las frecuentes incursiones piratas que se produjeron durante este periodo en todo el litoral mediterráneo. En los años cuarenta se demolió y actualmente podemos observar una réplica de la puerta grande de entrada a la iglesia.

Desde aquí, pasaremos a almorzar y coger fuerzas con las cocas saladas que nos ofrecen los hornos y bares del municipio. Nos preparamos la mochila i las botas de montaña porque la siguiente parada es una ruta senderista, la PR-CV 7 Bèrnia. Dejaremos el coche en las casas de Bèrnia.  Emplazamiento construido en el siglo XVI para defender las costas de los piratas bereberes y posteriormente derruido. En esta ruta tenemos dos opciones, podemos llegar al Fort de Bèrnia y volver por el mismo camino o hacer la ruta circular y disfrutar de las pinturas rupestres, el Forat o la fuente de Bèrnia.

Volvemos al coche y nos dirigiremos a Calpe, al parking de la calle Ausiàs March. El penyal d’Ifac, Oltà, morro de Toix, o la bahía natural, son algunos de los espacios naturales más destacados de este municipio. 

Continuamos con las estructuras defensivas y visitaremos el Torreó de la Peça, alquería amurallada entre los siglos XIII y XIV y reforzada en el siglo XVI a causa de los continuos ataques de los piratas.

Bajaremos hasta la playa del arenal, lugar ideal para reservar un arròs del senyoret (arroz del señorito), plato originario de Calpe y denominado así, puesto que el pescado y marisco viene pelado para no ensuciarse las manos. Después de comer, pasearemos por la arena fina de la playa hasta llegar a las salinas de Calpe. Una laguna de agua salada llena de flora y fauna. Se han llegado a detectar 173 especies de aves, entre ellas el flamenco, el bec d’alena comú (pico de Lezna común) o gaviotas. En dirección al Penyal d’Ifac, continuaremos andando hasta la Lonja , lugar donde los marineros y marineras exponen la pesca a los compradores que licitan por las bandejas que les interesan. Edificio de dos plantas donde podremos ver todo el pescado que llega a Calpe y con el que hacen el arròs del senyoret (arroz del señorito) y otros platos típicos del municipio, como la llauna o lo blanquet.

Por último no nos podemos ir de este pueblo sin conocer la historia de la Pobla d’Ifac. Se trata de un pueblo del siglo XIII, recinto amurallado con sus aposentos, almacenes, casas y su iglesia-fortaleza, diseñada para repeler los ataques de artillería e impedir que los moriscos se hicieran fuertes en la sierra como pasó en 1525. Además, servía para controlar y prevenir los posibles ataques a la piratería. La vida en el pueblo fue corta, en 1612 se abandona y se inutiliza para evitar que fuera refugio de bandoleros. Actualmente no queda nada del pueblo.

Seguimos, y con el coche iremos a Teulada-Moraira, concretamente nos dirigiremos hacia el núcleo poblacional de Teulada para visitar la iglesia fortificada de Santa Caterina situada en la plaza de España. Su construcción empieza el 1582, después de recibir un ataque de piratas, posteriormente, en el siglo XVIII se hacen una serie de ampliaciones transformando el templo del S.XVII. Su finalidad era defensiva y litúrgica, a pesar de que hoy solo podemos observar pocas características defensivas, como algunos tramos de muralla.

Con el coche iremos a Moraira, zona costera donde podemos encontrar la Torre de Cap d’Or o Torre del Cap de Moraira. Una de las torres vigía que se construyeron en el siglo XVI para defenderse de los ataques de los piratas corsarios. Con 26 metros de perímetro y 11 metros de altura, muestra la necesidad que tenía la comarca de construir un entramado de torres en el litoral para proteger a la ciudadanía. 

Continuamos la visita por la arquitectura que nos ha dejado el paso de los piratas en nuestras costas con el Castillo de Moraira. Construido en la última época de la piratería, en el siglo XVIII. Además del castillo encontramos una pequeña ermita y un aljibe, que servía para abastecer de agua. La fortaleza fue restaurada a principios de los años ochenta. Para cerrar el día y la visita, en el castillo podremos ver una exposición sobre las torres vigía en tiempos de Felipe II y un audiovisual sobre el mar y la piratería.

Para terminar este día, visitaremos el municipio de Jávea y sus edificios emblemáticos. Con el coche iremos al faro del Cap de Sant Antoni, donde se encontraba antiguamente una torre de vigía. Un lugar privilegiado, a 160 metros sobre el nivel del mar y el punto más próximo de la península a la Isla de Ibiza. La torre, construida para la defensa de la piratería berberisca, fue destruida el 1855 y sustituida por el actual faro.

Después, bajaremos al casco urbano para visitar la iglesia de Sant Bertomeu, construida en el siglo XIV y ampliada en el S.XV a causa del aumento de población y los ataques de los corsarios y piratas. Podremos divisar a la perfección la arquitectura utilizada en época de berberiscos y todos sus detalles, puesto que es una de las fortalezas mejor conservadas de nuestra costa. 

El municipio de Jávea también conserva dos torres vigía construidas para la vigilancia y defensa de la localidad, pero estas dos se encuentran en dos espacios privados y no se puede acceder. Hablamos de la Torre del Portitxol o el Cap Prim y la Torre de Ambolo o Torre del Descobridor. Esta última la podemos observar desde el mirador del Castell de la Granadella.

Para acabar el día, iremos al puerto de Jávea, iremos por el paseo y visitaremos el mercado artesanal que hacen en el puerto cada día durante los meses de Julio y Agosto y todos los sábados y domingos el resto del año. Un lugar increíble para acabar el día, ver el trabajo de los artesanos, escuchar el sonido del mar y sentir el aire fresco cuando se pone el sol en el mar.

El segundo día de esta experiencia, continuaremos visitando espacios y edificios construidos en época de corsarios y piratas, pero esta vez, el día lo empezamos desde el interior. Si, los piratas no solo se quedaban en el mar, muchas veces conseguían desembarcar, adentrarse en las villas del interior para saquearlas y hacer cautivos a sus habitantes. Una de las veces que los piratas más se adentraron fue en Parcent y Murla, unos de los pueblos que visitaremos en el día de hoy. 

Dejaremos el coche en el parking Costera de la Font de Parcent y así dar una vuelta por el pequeño pueblo de interior, especialmente por la iglesia de la Puríssima Concepció, construido el 1638 sobre un antigua templo que fue destruido por las revueltas de la expulsión de los moriscos en 1609. Era un templo de dimensiones reducidas y a lo largo del tiempo se han hecho varias ampliaciones. Para ampliar la historia sobre este municipio, podemos visitar también el Museo Etnológico denominado Cooperativa Agrícola el Progrés, una almazara creada el  1915 para la elaboración de aceite y vino.

Para ir al siguiente pueblo, haremos la ruta senderista de Caminos de piedra y agua. Esta es una ruta que une los pueblos de la Vall de Pop, pero en este caso vamos a hacer solo una parte de dificultad baja, 3 kilómetros de distancia y una hora y quince minutos para ir de Parcent a Murla

El segundo municipio que visitaremos en esta ruta, situado en medio del valle y en la cuenca del río Gorgos. Incluso situándose en el interior de la Marina Alta, no se libró de los ataques de los piratas, puesto que en 1529 la tripulación del pirata Barbarroja llegó a Murla. Uno de los edificios más emblemáticos del pueblos se caracteriza por la combinación de una función religiosa y defensiva, es la iglesia-fortaleza de Sant Miquel la cual se convirtió en el centro de operaciones militares de la tropas reales durante la revuelta morisca, se pueden observar elementos defensivos como las troneras y muros. La iglesia fue construida entre 1530 y 1545 sobre el castillo andalusí, que posteriormente ha sido varias veces restaurado.

Además de la iglesia, podemos visitar su lavadero que hay justo detrás, el lavadero viejo de Murla, muy particular porque la fuente se nutre de agua y está a cien metros y por lo tanto, el agua se tiene que canalizar por debajo de las casas del pueblo. Posteriormente, se construyó otro lavadero junto a la fuente y el nuevo lavadero de Murla.

De nuevo volvemos a Parcent para coger el coche y nos dirigiremos a la playa de la Almadrava de Els Poblets, donde comeremos en uno de los restaurantes que hay en esta playa de piedra y después caminaremos hasta llegar a la torre de la Almadrava, también conocida como la Torre del Palmar, construida en 1552, junto a la desembocadura del río Girona. Esta torre fue construida con el objetivo de defender la costa de los piratas y es la más septentrional de la provincia de Alicante.

Al visitar esta torre defensiva del siglo XVI, construiremos el coche hasta la Torre del Gerro conocida también como Torre d’aigua dolça (Torre de Agua dulce), situada en el municipio de Dénia. Es una torre de vigía de carácter militar del siglo XVI. Esta formaba parte de un sistema de defensa alrededor del Montgó, formado por tres torres (solo queda esta en pie). El año 1972 el Ayuntamiento de Dénia ordenó reconstruir para convertirla en un edificio de interés cultural para el municipio.

Finalmente con el coche iremos al núcleo residencial de Dénia, pueblo costero de la Marina Alta. Allí daremos un paseo lleno de encanto entre las plazas y rincones del barrio Baix la Mar, uno de los más antigüos de Dénia, situado entre el puerto y las murallas del castillo. Este último también lo visitaremos, el castillo de Dénia, su diseño se remonta en época islámica, entre los siglos XI-XII. Los musulmanes aprovecharon las antiguas construcciones romanas. En el siglo XVI, por iniciativa del marqués de Dénia, se renovó y fortificó el castillo ante las continuas amenazas de las incursiones de los piratas berberiscos. Durante la guerra de sucesión resultó muy deteriorada y, a raíz de esto, se abandonó prácticamente hasta principios del siglo XIX que quedó en un estado avanzado de ruina. En 1958 comenzaron los trabajos de restauración que han dejado la fortaleza en estado actual.

Para acabar esta experiencia llena de historia, daremos una vuelta por el barrio de Les Roques, paseando por sus calles y donde podremos degustar dos de las comidas tradicionales del pueblo, el pulpo y la melva seca.

** Esta experiencia está pensada para hacerla en dos días consecutivos o en dos días diferentes. El equipo de la MACMA proponemos unas rutas, espacios y edificios para visitar, pero cada persona puede adaptar la experiencia a sus capacidades, resistencia física e intereses. Si queréis ampliar información o elementos a visitar de cada pueblo, podéis entrar a la página web de Descobrim la Marina Alta y con la mochila adaptar la experiencia a vuestros gustos.

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