Este mes el equipo de la MACMA se ha puesto en contacto con la Asociación Ruta de los Riuraus para promocionar su proyecto, y serán ellos y ellas los encargados de contarles su propuesta. 

La Asociación está conformada por una agrupación de Ayuntamientos de la Marina Alta y otros de fuera, para poner en valor el patrimonio generado alrededor de la pasa, bien sea a través de los paisajes, museos, arroyos, etc. 

Los pueblos de nuestra comarca integrados dentro del Ruta son: Benissa, Dénia, El Verger, El Poble Nou de Benitatxell, Gata de Gorgos, Jesús Pobre, La Rectoría, La Xara, Llíber, Ondara, Orba, Parcent, Pedreguer, Teulada Moraira , Xàbia y Xaló. 

También puede consultar la info completa en el siguiente enlace: 

[www.rutadelsriuraus.com] 

PRESENTACIÓN RUTA DE LOS RIURACIOS DE LA MARINA ALTA (Jesús Pobre, 9 de mayo 2014)

Señoras y señores, dignísimas autoridades, amigas y amigos de la asociación Riuraus Vius, vecinos, vecinas y representantes de los pueblos de Benissa, El Poble Nou de Benitatxell, Gata, Jesús Pobre, la Xara, Llíber, Parcent, Ondara, Pedreguer, Teulada -Moraira, Xàbia y Xaló, feliz y prometedor atardecer del día 9 de mayo de 2014.

Emotiva primera hora de las gravores de la noche cuando 12 pueblos de la comarca de la Marina Alta sellan la alianza para proteger uno de los elementos más significativos de estas tierras, los riuraus, singular aportación del País Valenciano a la arquitectura universal que ha tenido nuestra comarca como tierra de nacimiento.

Para las personas de quimeras románticas que hace más de 30 años perseguimos la salvaguarda y reconocimiento de los arroyos como gran huella arquitectónica de la historia comarcal, la Ruta que hoy presentamos e inauguramos es un camino abierto a recuperarlos y revitalizarlos, para conseguir que de nuevo contribuyan al bienestar de nuestras poblaciones y embellecen campos y montañas con sus hileras de arcos como ojos que guardan la integridad del territorio.

Los riuraus fueron durante casi dos siglos centros neurálgicos de la economía de la Marina Alta, generadores de riqueza, espacio de transformación productiva, donde el fruto de los viñedos abancalados maduraba por completo y se cerraba el triángulo que sustentaba la vida de nuestros antepasados ​​“ uva, escaldó, pasa”.

Décadas atrás, cuando en verano la risa abría los ojos, el sol de agosto se aliaba con el líquido hirviendo de la caldera para hurtarle al moscatel hasta el último salpicado de zumo. El sequío se convertía en gigantesca paleta de pintor donde las uvas escaldadas mudaban cada día los colores de la piel abierta, del verde dorado al ocre intenso, hasta el oro viejo de la pasa joven. Hombres y mujeres se agitaban al ritmo del escaldano, y del tiempo.
El punto de partida y de vuelta, de trabajo y de descanso, de alegría y preocupación, de soledad y compañía, de sombra y sol, de encuentro y cobijo era el río.

La inconstancia del tiempo, la volubilidad de las economías, la evolución social, transforman hábitos, costumbres, trabajos, modos de vivir y relacionarse, lo que aprovechaba se vuelve inservible, lo que valía cae en la ruina, lo que era importante se pierde en el desuso.

“Abandonados escombros inútiles”, parecía ser el destino de nuestros ríos hace poco más de diez años.

Por suerte, cuando llevaban camino de ser doblemente enterrados, convertidos en montones de piedras y perdidos en el olvido, la conciencia de pueblo organizada en entidades, personas, actas, libros, artículos, revistas, documentales, los está rescatando, los pone en valor y divulga sus rasgos y existencia. Los mejores ejemplos son la recuperación y utilización pública de dos grandes ríos: el de los Catalán de Arnauda en Xàbia, y lo que hoy nos acoge a Jesús Pobre, el del señor de Benissadevi, considerados ya como las catedrales de la pasa.

El poso cultural de un pueblo debe guardar la historia, la lengua, el territorio, el patrimonio inmaterial y material, de lo contrario se convierte en un pueblo sin esencia ni identidad, de cultura y personalidad anodinas que le abocan a desaparecer.

La necesidad de preservar e incrementar esa esencia e identidad ha llevado a la creación de la Ruta de los Riuraus de la Marina Alta. Un proyecto convertido hoy en realidad que permite a los habitantes, residentes, visitantes y turistas conocer a fondo la comarca, pasearse por campos y pueblos, revivir parte de la historia, profundizar en la cultura rural engendrada por nuestras poblaciones, e introducirla en el mundo singular de la pasa y de los ríos.
Os invito a un corto recorrido por ella, a saborear una cata que nos despierte el deseo y nos estimule los ánimos para entenderla y seguirla completa.

De las doce localidades que hoy conforman la Ruta no hay una de inicio ni otra final. Los folletos que nos servirán de guía no marcan preferencias, el orden de visita es aleatorio, a disposición de nuestro gusto, apetito o circunstancias, y al servicio de la conveniencia y complacencia propias. Como no hay un pueblo más importante que los demás porque cada uno guarda con celo sus particularidades y todos conforman el ser de la Marina Alta.

Tampoco hay un tiempo determinado de duración de cada visita porque, al igual que todas las rutas maravillosas, podemos acortar o alargar el camino, demorarnos admirados en un sitio u observarlo con rapidez y anotarlo en la agenda particular de espacios a visitar con absoluta tranquilidad.

Asimismo no diremos que hemos completado la ruta con una sola estancia, porque las imágenes, los olores, los colores que nos acompañan durante el verano serán diferentes en otoño, primavera o invierno. La Ruta de los Riuraus es sensible a las estaciones del año. Las tierras blancas de los bancales escalonados en las lomas y las rojas de los valles, que tienen la suerte de ser cultivadas, comienzan a verdear a medida que despuntan los viñedos en primavera, en verano están cubiertas de verde preñado, en otoño, cansadas de la gestación y el parto, sueltan las hojas tintadas de ocre, y en invierno vuelven a mostrar su color natural bajo las ramas torcidas de los viñales.

Podemos empezar, es una idea que aporte, para entretenernos a adivinar el nombre del pueblo que se divisa frente oa un lado u otro de la carretera por la que circulamos y observar la silueta de las casas, el campanario o el perfil de la loma donde se levanta sobre el mar o la cordillera entre la que destaca. Después, si nos apetece, acercarnos, dejar el coche y pasear por las calles, la mayoría estrechas y llenas de rincones que guardan páginas de historia. Detenernos ante casas señoriales construidas en tiempos de bonanza económica como la época de la pasa y prestar atención a los detalles de las fachadas o estilos urbanos que las determinan.

La visita a las oficinas de turismo y puntos de información es necesaria por las instructivas referencias que nos darán. Y en su caso, es de obligado cumplimiento adentrarse en las casas museos por la variedad de objetos que conservan, porque son la materialización de la historia y nos permiten un viaje rápido a la vida de los antepasados ​​pobladores de la Marina.

Atendiendo a las indicaciones de la guía, debemos reunirnos, motorizados oa pie, hasta los numerosos miradores que nos brindan mil y una perspectivas y puntos de fuga desde donde contemplar el paisaje y absorberlo por los cuatro puntos cardinales, en poniente, levante, tramontana o mediodía. Aquí el pueblo o una antigua alquería, allí los campos y huertos abiertos en la llanura horizontal del Valle del Pop, el Pla de Xàbia, Pedreguer, Ondara, que duermen a orillas del Gorgos o del Girona. Al fondo los viejos bancales anclados con márgenes de piedra seca y apoyados en vertical en las sierras y montañas que perfilan la Marina Alta: Bernia, Olta, El Carrascal de Parcent, El Cavall verd, la Sierra d'Aixa, El Puig de la Llorença , El Montgó, Segària…, las elevaciones de los Molinos, la Sella, el Tossal Gros…, escaleras montañosas que aún conservan algún recorte de los antiguos viñedos, comienzan a ser cultivadas de nuevo o se pierden baldíos entre las figuras de los árboles nativos aferrados a la tierra como algarrobos, carrascas, olivos, alguna higuera, almendros. Con atenta mirada, comprobaremos la explotación, especulación, abandono, o el uso que se ha hecho, se hace o se podrá hacer de la tierra.

Conviene seguir fieles los itinerarios que figuran en cada guía, viejos senderos y senderos antiquísimos, azagadores que comunicaban un pueblo con otro, caminos vecinales abiertos o ampliados en la época de la pasa para que los carros llevaran con facilidad las uvas recién cortadas hasta el reír, donde debían escaldarlo. Breves recorridos que nos acercan a la arquitectura rural de la Marina: casitas, alquerías, pozos, balsas, molinos de viento, eras, sequís, hornos… y naturalmente los arroyos.

Pese a que nadie niega la opción de desviarnos del camino trazado para explorar a nuestro aire casas de campo, arroyos anónimos recomendados al oído, escombros que prometen esconder secretos; árboles gigantes o pequeños bosques que han sobrevivido a los fuegos y que de lejos nos reclaman atención. También es un gozo perdernos libres por los caminos seculares de la Marina. Y una vez degustada la rebeldía, regresar a la ruta para no renunciar a las sabias recomendaciones de los expertos.

La guía nos indicará el punto de algunos de los muchos riachuelos que se conservan en mejor o peor estado, si son públicos o privados, si se pueden visitar o debemos conformarnos cotejando en la distancia sus ojos de piedra con nuestros ojos de agua. En cualquier caso guardamos respecto a la propiedad, porque los dueños también le amamos. Por eso nos sorprenderá gratamente ver que existen numerosas risas rehabilitadas y adecuadas a funciones de vivienda o esparcimiento de la vida actual, y también otras que todavía se aprovechan para los trabajos agrícolas, actividad a la que se está tronando merced el declive de la burbuja inmobiliaria y el abandono de la construcción especulativa.

Si podemos entrar, conviene seguir con todo detalle el ritual propio para entender la arquitectura rural. Observar el conjunto, los elementos naturales que conserva, los añadidos o restaurados, las formas, alturas, medidas, simetrías o asimetrías, colores, estéticas, porqués… Ir acercándonos a pleito, casi sin hacer ruido para no romper el encanto de las criaturas que sobreviven en el entorno. Y cuando finalmente traspasamos los ojos y nos introducimos en las sencillas entrañas de una risa, sentir las vibraciones seculares que guarda y revivir los trabajos que en él se hacían.

Acabadas estas visitas ya estamos preparados para entender el mundo de la pasa, del cultivo de la uva y el carácter agrícola de la Marina Alta.

Entonces, recomiendo volver al pueblo y dar complacencia a cada uno de los sentidos, en especial los que despierta la gastronomía. También encontraremos información puntual en nuestra atenta guía sobre dónde saborear las buenas comidas de la zona, sean frutos de la tierra, sean frutos del mar. Degustar los caldos que nos brindan las actuales viñas, los moscateles, la mistela. Dedicar un dinero a la compra de productos de los cultivos locales, manufacturas o artesanías… Porque La Marina Alta ha sido fértil, productiva y acogedora y debemos procurar que siga siéndolo. Por último, queda planificarnos para participar en las ferias, actividades, espectáculos culturales, lúdicos, festivos o instructivos como la colaboración en el trabajo de escaldar, que nos ofrecen algunos arroyos reciclados a los usos costumbres y necesidades de las gentes del siglo XXI.

La Ruta de los Riuraus transita por la esencia histórica, económica, territorial y cultural de la Marina Alta. Refuerza la identidad comarcal, afianza la personalidad valenciana de las poblaciones que la promueven y revive el amor, el cuidado y el respeto por la tierra madre. Nos enseña las bondades del pasado, permite poner muchas de ellas en uso para el presente y aprovecharlas con una visión sostenible y perdurable para el futuro.
Las quimeras románticas convertidas en realidad son pragmáticas, efectivas, respetuosas y bellamente útiles.

Felicitaciones a todas las personas, entidades y pueblos que han hecho posible esta Ruta, a la que seguro que en breve se unirán más localidades de la Marina Alta.

Enhorabuena por el trabajo bien hecho ya seguir adelante.

Ahora, por la declaración del Riurau como Bien de Interés Cultural.

Buenas noches y feliz Ruta.

Pepa Guardiola.
Montgó-Xàbia, mayo 2014.

RUTAS PROPUESTAS. Un gran abanico donde elegir.
En la página web de la asociación, podrá encontrar un montón de posibles combinaciones y tipos de rutas: Senderistas, Cicloturistas, en familia o motorizadas… Pero nosotros os proponemos una cata de cada categoría, así como otros puntos de interés como Museos muy recomendables inetgrados en la ruta de los Riuraus, como punto de partida. Después las combinaciones son casi infinitas, le invitamos a continuar explorándolas por su cuenta, consultando toda la información en el siguiente enlace: https://www.rutadelsriuraus.es/es/rutes/ 

Nosotros empezamos esta jornada en Teulada , en el Museo del Bancal Rojo , desde donde después os recomendamos que pase por la Cooperativa de San Vicente Ferrer y haga alguna cata y alguna compra, para luego tomar carretera y bajar en dirección a Moraira para descubrir el Mirador del Valle de las Sorts .

Pero si queremos convertir nuestro plan en más familiar, tenemos una recomendación que os encantará en Xaló , una opción de paseo para descubrir los sequís de pasa de sol, la excursión comienza en el pueblo y pasa justo por el Parque Botánico del Tossalet , un lugar increíble para disfrutar con los más pequeños de la casa, ya que a medio camino hay un parque con tirolinas, entre otros columpios, y diferentes elementos patrimoniales con los que contar historias a los más pequeños a través de los códigos qr que irá encontrando. 

Otra alternativa familiar muy interesante la puede encontrar en Parcent , donde podrá comer en el municipio y realizar una actividad de multiaventuras familiar en el Parque de Vitalparcentre . 

También puede optar por un paseo cicloturista propuesto por la Asociación de la ruta de los Riuraus, en Gata de Grogos, en Benissa o en Pedreguer, tiene donde elegir: 

• Ruta clicloturista por los arroyos de Gata: Distancia: 12,4Km | Desnivel acumulado: 120 mts | Dificultad: media. Risau es como en Gata se denominan los riachuelos. Proponemos un itinerario de 12km de dificultad baja donde podremos contemplar veinte arroyos, bancales de viña de moscatel y otros puntos de interés de la población.
• Ruta cicloturista por los arroyos de Benissa: Distancia: 8,3Km | Desnivel acumulado: 80 mts | Dificultad: media. Ruta circular de casi 9 kilómetros de distancia y 80 metros de desnivel, de baja dificultad. Recorre ocho ríos del término, el mirador de Els Molins y el Centro Histórico, donde se puede visitar la Casa Museo Abargues.
• Ruta de los ríos de Pedreguer: Distancia: 15 Km | Desnivel acumulado: 144 mts | Dificultad: Fácil. En esta ruta contemplamos los arroyos de Pedreguer, ejemplos vivos de la arquitectura rural valenciana de los siglos XVIII, XIX y XX, sobrios, pero, al mismo tiempo, de gran belleza artística y piezas clave en el paisaje y nuestra cultura. En Pedreguer confluyen las diferentes tipologías de los riuraus, y una muy singular: las casas porticadas. Reserva: 966456200.

Y por último, si eres más de senderismo clásico, también os recomendamos dos propuestas a escoger, la primera en el Poble Nou de Benitatxell y la segunda en Segària: 

• Ruta de la Serpiente en el Poble Nou de Benitatxell: Distancia: 4,7Km | Desnivel acumulado: 189 mts | Dificultad: baja. Desde el centro del pueblo llegarás a las faldas del Puig de la Llorença tomando la ruta de la Serpiente. El uso tradicional de la senda ha sido facilitar el desplazamiento a pie entre varios espacios de la montaña. Esta ruta toma el nombre de las formas sepenteantes que caracterizan las crestas que nacen a los pies del Puig de la Llorença, justo desde donde sale el camino sinuoso que daba acceso a los bancales de cultivo, corrales y hornos de cal.
• Ruta de los bancales de Segaria: Distancia: 4,4 Km | Desnivel acumulado: 318 mts |Dificultad: fácil. Bancales que desafían la inclinación de la montaña con el objetivo de aumentar la producción, y de esta forma, los ingresos.

*Importante: Desde la asociación recuerdan a los usuarios que los puntos de interés que presentan, los riuraus, son privados. Aconsejan ser observados desde el camino sin invadir la propiedad privada. Gracias por su colaboración.

Y si todavía desea más información al respecto, en nuestra página web “Descubrimos la Marina Alta” en el apartado Qué visitar encontrará específicamente todos los elementos patrimoniales y rutas propuestas para conocer todos los pueblos dentro de la Ruta de los Riuraus. Lo que demuestra que esta experiencia no da para un mes, da por mucho más, así que esperamos que éste sea un punto de partida para descubrir las maravillas que gracias al moscatel de Alejandría han quedado dibujadas en nuestro patrimonio arquitectónico pero también en el gastronómico, pasitagístico e incluso inmaterial.